Valor de una empresa es un concepto esencial para cualquier empresario que busca tomar decisiones estratégicas con fundamento financiero. Ya sea para abrir la puerta a nuevos inversionistas, buscar financiamiento o evaluar el rendimiento del negocio, conocer el valor de una empresa permite planear con claridad y visión. También lo puedes ver en este vídeo.
Hay tres razones clave para calcular el valor de una empresa:
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Detectar los generadores de valor en el corto, mediano y largo plazo.
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Identificar necesidades de capital, especialmente cuando hay flujos de caja negativos que requieren financiación externa.
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Establecer un rango de negociación ante la entrada de nuevos socios o inversionistas estratégicos.
Existen tres metodologías principales para calcular el valor de una empresa:
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Flujo de caja libre descontado (DCF): Proyecta los ingresos futuros y los descuenta con el WACC (costo promedio ponderado de capital). Este método refleja el verdadero potencial operativo del negocio.
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Múltiplos comparables: Analiza empresas similares del sector y se basa en múltiplos como EBITDA, ingresos o número de clientes. Es útil cuando hay benchmarks claros en la industria.
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Transacciones recientes: Considera compraventas similares dentro del sector o incluso al interior de la misma empresa. Ofrece una visión real del valor de mercado.
Evaluar correctamente es más que un número: es una herramienta para tomar decisiones informadas y anticiparse a los retos del crecimiento.
Si estás pensando en escalar tu operación, este artículo también puede interesarte: Crédito empresarial: por qué tu empresa sí lo necesita
Valor de una empresa es un concepto esencial para cualquier empresario que busca tomar decisiones estratégicas con fundamento financiero. Ya sea para abrir la puerta a nuevos inversionistas, buscar financiamiento o evaluar el rendimiento del negocio, conocer el valor de una empresa permite planear con claridad y visión. También lo puedes ver en este vídeo.
Hay tres razones clave para calcular el valor de una empresa:
Detectar los generadores de valor en el corto, mediano y largo plazo.
Identificar necesidades de capital, especialmente cuando hay flujos de caja negativos que requieren financiación externa.
Establecer un rango de negociación ante la entrada de nuevos socios o inversionistas estratégicos.
Existen tres metodologías principales para calcular el valor de una empresa:
Flujo de caja libre descontado (DCF): Proyecta los ingresos futuros y los descuenta con el WACC (costo promedio ponderado de capital). Este método refleja el verdadero potencial operativo del negocio.
Múltiplos comparables: Analiza empresas similares del sector y se basa en múltiplos como EBITDA, ingresos o número de clientes. Es útil cuando hay benchmarks claros en la industria.
Transacciones recientes: Considera compraventas similares dentro del sector o incluso al interior de la misma empresa. Ofrece una visión real del valor de mercado.
Evaluar correctamente es más que un número: es una herramienta para tomar decisiones informadas y anticiparse a los retos del crecimiento.
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